Al acudir a expertos en materia de inversiones, cada cual le revelará sus pros y contras respecto a múltiples portafolios. Por más diversas y variopintas sean sus opiniones, la mayoría tiene consenso en que la finca raíz es una de las opciones más seguras y estables, dado que es una inversión soportada en un inmueble, es decir, un activo que -tarde o temprano- se seguirá valorizando en el tiempo.Solo basta con observar el Índice de Valoración Predial (IVP) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el cual estableció en 2020 que los inmuebles se valorizaron cerca del 4% en ese año, además de la inflación que sufren todos los bienes y servicios del país año a año.
Sepa que tanto el mercado fiduciario como las principales constructoras del país disponen de una buena oferta de inmuebles en el mercado. Esté atento a cualquier oportunidad.
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Una inversión real y sustentada
A diferencia de las acciones en la bolsa, y las criptomonedas, especialmente, la volatilidad en la propiedad raíz es muy baja.
Incluso si el inmueble llega a sufrir algún tipo de baja en el mercado, es posible conservarlo y esperar a que se rentabilice, también puede rentarlo y cobrar un canon mensual; o bien, es posible hacerle mejoras que incrementarán su valor en una futura venta.
Por otro lado, no siempre los inmuebles construidos son la mejor inversión. Al comprar sobre planos -es decir, una construcción futura- el valor del inmueble al momento de la compra es sustancialmente más bajo que cuando sea construido. De tal manera que solo hay que esperar para obtener rentabilidad por la valorización del inmueble.
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El tiempo es su mejor aliado
Se dice comúnmente que la paciencia hace a los verdaderos sabios, y nunca mejor dicho al hablar del mercado inmobiliario. Aquí, tiene la ventaja de ver oportunidades, evaluar sus opciones, aguardar mejores tiempos y tomar decisiones solo cuando esté realmente seguro, ya que es un mercado estable y poco volátil que no obedece a los afanes del día a día.
Por tanto, nunca se precipite. La inversión inmobiliaria siempre debe proyectarse a largo plazo.
No necesita ser un experto
Comprar barato y vender caro es, en síntesis, la mejor forma de definir lo que hace cualquier inversionista. Sin embargo, es una frase que adquiere mucho valor si se trata de invertir en finca raíz. En un mercado en descenso, lo ideal es comprar una propiedad raíz; mientras que en un mercado al alza, lo mejor es vender.
Sin importar si se trata de vivienda, oficinas, hotelería o bodegas, la finca raíz permite empezar con poco para ir cosechando ganancias. Comience preguntándose: ¿cuál es el precio máximo que puedo pagar? Y sobre eso negocie e identifique sus posibilidades.
No está de más cerciorarse de la legalidad del inmueble, su dueño o de la constructora que lo va a desarrollar. Si se trata de un inmueble usado, verifique su estado y la necesidad de posibles arreglos, mantenimientos o mejoras, con el fin de evitar comprar por encima de su valor comercial.
Todo lo anterior incluye fijarse aspectos como la calidad de la construcción, fachada, zonas comunes y acabados internos del inmueble, antigüedad o edad, y servicios adicionales como vigilancia, canchas deportivas, gimnasios, terrazas y un largo etcétera.
Ahora, algo de matemática básica. Hacer de la finca raíz un buen negocio requiere saber calcular el famoso retorno sobre la inversión (ROI), una ecuación que indica el porcentaje de dinero que se recupera luego de restar costos asociados.
La fórmula es la siguiente:
ROI = Ganancia – costos recurrentes / costo neto de inversión.
La ganancia son los rendimientos de la inversión; los costos recurrentes hacen referencia a todo lo que es necesario gastar para mantener el inmueble en condiciones (reparaciones, mantenimientos, impuestos) y el costo neto es el dinero inicial que costó la inversión (aquí entran a jugar variables como los intereses, si llegó a adquirir un crédito bancario para su inversión).
La clave está en diversificar
Toda inversión necesita de análisis y revisión constante del mercado, para así hallar las mejores oportunidades; tanto al vender como al comprar. Esté informado sobre nuevos proyectos, precios por metro cuadrado, nivel de demanda de cierto tipo de inmuebles y toda información relacionada.
Con base en este conocimiento, el siguiente paso será diversificar. Como toda inversión, la diversificación es el mejor consejo para incrementar la rentabilidad y disminuir el impacto de cualquier descalabro.
Una buena forma de diversificar en este ámbito es adquirir inmuebles de diferentes usos y tipos. Un buen complemento es hacerse con un apartamento familiar y una oficina en una zona comercial. Mientras más diversifique más protegido se estará.
No descarte las participaciones fiduciarias
En la actualidad, para invertir en finca raíz no necesita contar con el monto total de un inmueble que, por lo general, está fuera del alcance de un ahorrador promedio con excedentes de liquidez.
A través del esquema fiduciario (un modelo de gran tradición en el país), usted puede tener una participación en un gran proyecto inmobiliario, como lo puede ser un hotel, un centro comercial o un condominio de viviendas.
En este esquema, el inversionista puede obtener una renta derivada de la futura explotación económica de dicho inmueble o activo.
A grandes rasgos, estos portafolios le permiten a una persona con un capital obtener una renta a largo plazo a partir de una inversión segura, puesto que está soportada por un inmueble que se levantará sobre un terreno y tendrá una valorización en el tiempo, además de que el constructor deberá contar con vocación para generar renta una vez el inmueble esté listo para su uso.
Es importante resaltar que las ganancias obtenidas por la operación del proyecto siempre irán ligadas a la productividad del inmueble, es decir, a la gestión que se realice para su aprovechamiento económico, razón por la cual las firmas a cargo del proyecto y sus operadores deben ser cuidadosamente estudiados.
Nos complace comunicarnos con usted para informarle que a partir del 7 de octubre de 2022 entrarán en vigencia las disposiciones contenidas en el Decreto 661 de 2018 y en la Circular Externa 019 de 2021 de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC).