Fideicomiso: ¿Qué es y para qué sirve?

Una figura que cada día es más usada para garantizar la entrega de una herencia, respaldar el pago de deudas u obtener una determinada rentabilidad con la administración de un bien.

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Una figura que cada día es más usada para garantizar la entrega de una herencia, respaldar el pago de deudas u obtener una determinada rentabilidad con la administración de un bien.Los contratos fiduciarios son un sello de confianza en todo negocio, pues las instrucciones que se definen en ellos son de carácter irrevocable, se establecen condiciones específicas a corto, mediano y largo plazo, y son un mecanismo altamente vigilado por el Estado colombiano, a través de la Superintendencia Financiera.
Si bien los fideicomisos tienen una larga tradición en el desarrollo de proyectos inmobiliarios en Colombia (desde complejos residenciales, edificios de oficinas y hasta hospitales) sus ventajas también son para las personas naturales y son aplicables en la vida cotidiana.
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Precisamente, los fideicomisos son una de las maneras más sencillas para que las personas naturales y sus familias puedan cumplir sus objetivos de vida, a través de la correcta administración de bienes o recursos de todo tipo (viviendas, terrenos, vehículos y hasta dinero).
¿Qué son los fideicomisos?
Roberto Chain Saieh, gerente de la Oficina en Barranquilla de ACCION FIDUCIARIA, define a los fideicomisos como “contratos mercantiles, en virtud de los cuales una persona (llamada fideicomitente) entrega o transfiere a una persona jurídica (por lo general, entidades fiduciarias) con una finalidad específica en favor de un beneficiario, el cual puede o no ser el mismo fideicomitente”. 
Tan cotidianos como sencillos
Una vez el fideicomitente transfiere el bien, se crea un patrimonio autónomo cuyo objetivo puede estar determinado por los diferentes tipos de fideicomisos o contratos fiduciarios existentes en la Ley colombiana:

1. Fiducia en garantía: Ideal para saldar deudas sin pasar por procesos judiciales. Por un lado, el fideicomitente entrega sus bienes como garantía de pago de una determinada obligación, lo que le permitirá acceder a nuevos plazos u otros beneficios acordados con el acreedor. 

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Por otro lado, en caso de que la deuda no pueda ser asumida de ninguna forma por el fideicomitente, el acreedor puede solicitar al fiduciario que realice la venta del inmueble entregado al fideicomiso para saldar la obligación, haciendo la recuperación del saldo en mora más eficiente, rápida y con menores costos.
 

2. Fiducia de administración: Su objetivo es transferir al fiduciario determinados bienes o recursos para que este último los conserve, custodie, administre y/o transfiera luego de un tiempo determinado a un tercero.

 
Es una figura muy útil para hacer cumplir el testamento de una persona y asegurar el futuro económico de su cónyuge, hijos, familiares o terceros, dado que puede estipularse que el fideicomiso solo tendrá vigencia hasta que el fideicomitente muera, por ejemplo, y que los bienes o dinero sean entregados hasta que los hijos tengan una edad apropiada para su administración.
 
De esta forma, un fideicomiso puede ser parte fundamental de la planificación patrimonial, al mismo tiempo que permite beneficiarse de ciertas ventajas fiscales, evitar impuestos, entre otros.
 

3. Fiducia de inversión: Aquí, el fideicomitente otorga recursos o valores para que el fiduciario los utilice en operaciones económicas que deriven en un mínimo de rentabilidad pactado previamente.

 
¿Cómo estructurar un fideicomiso? 
De acuerdo con Roberto Chain Saieh, gerente de la Oficina en Barranquilla de ACCION FIDUCIARIA, estructurar un fideicomiso depende mucho de la naturaleza del negocio que se quiera establecer. Sin embargo, el primer paso es la detección de una necesidad: hacer realidad un fin específico respecto a un bien, y/o acudir a manos expertas para la administración de dicho bien.
 
Paso a paso, le indicamos la mejor forma para estructurar un fideicomiso:

1. Determinar la finalidad que desea poner en marcha, así como seleccionar los bienes o recursos que le permitirán lograrlo.

 

2. Pensar en quién será el beneficiario. Recuerde, no tienen por qué ser familiares o personas cercanas (mayores o menores de edad), también lo puede ser una empresa, fundación o institución sin ánimo de lucro. Si su intención es proteger activos de acreedores, también puede hacerlo.

 

3. Elegir la entidad fiduciaria que se encargará de la administración del fideicomiso. Prefiera aquellas con experticia demostrada y vigiladas por la Superintendencia Financiera. ACCION FIDUCIARIA lleva más de 25 años como fiduciaria independiente.

 

4. Pactar con la entidad fiduciaria la finalidad del fideicomiso, las condiciones pertinentes y el tiempo de vigencia. El fiduciario cobrará una remuneración por esa gestión, por lo que tenga en cuenta este monto en sus previsiones.

 

5. Firma del contrato del fideicomiso. Este documento precisa el tipo de fideicomiso a establecer, el fiduciario, beneficiarios y, evidentemente, transfiérete los activos a este patrimonio autónomo. Puede requerir el aval de un notario.

“Cabe resaltar que las fiduciarias siempre hacen un análisis de debida diligencia respecto al fideicomiso a estructurar. En ese sentido, no es posible determinar causas o finalidades que contravengan la Ley o en perjuicio directo de una persona; el éxito de un fideicomiso está en su estructuración”, finaliza el gerente de la Oficina en Barranquilla de ACCION FIDUCIARIA.
*Para ACCION Sociedad Fiduciaria es importante la claridad en la información, por lo cual a continuación encontrarán algunas notas a tener en cuenta en la revisión de nuestras publicaciones: DISCLAIMER PUBLICACIONES

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